La flexibilidad es una de las características de los tejidos que forman nuestro cuerpo. Cada estructura cuenta con una capacidad elástica diferente. Así podremos diferenciar tejidos muy poco elásticos como los huesos, tejidos muy elásticos como los músculos y tejidos moderadamente elásticos como tendones y ligamentos.
Sin duda alguna que los tejidos sean elásticos nos proporciona grandes beneficios como un mayor rango articular o un menor riesgo de lesionarnos. Por lo tanto es importante trabajar la flexibilidad al mismo nivel que la fuerza o resistencia.
Dentro de los distintos métodos que se han descrito podremos encontrar dos grandes bloques. Los métodos pasivos y activos. Que a su vez se dividen en distintas vertientes. En este artículo nos centraremos en los métodos pasivos, concretamente en el estiramiento pasivo asistido.
Este tipo de estiramientos tienen dos características principales:
La primera es que no existe una acción muscular de la musculatura antagonista para mejorar la flexibilidad de la zona opuesta ya que esa fuerza la genera una carga externa, como puede ser la gravedad, la fuerza de otro segmento, pesos etc.
La segunda característica principal es que esa fuerza externa la genera otra persona que en este caso será un entrenador titulado en Ciencias de la actividad física y el Deporte.
Este hecho nos proporciona dos beneficios fundamentales para aumentar la flexibilidad de la zona involucrada.
La primera es que el cuerpo se encuentra en un estado de relajación debido a la ausencia de activación muscular, por lo que resulta más fácil obtener resultados. La segunda característica es que mediante la fuerza ejercida por el entrenador se pueden llegar a rangos articulares mayores que si lo hace uno mismo.
A continuación os dejamos una serie de estiramientos pasivos asistidos de la cadera: