- ¿QUÉ ES EL PILATES?
El Pilates es mucho más que un método. Es una forma de entrenamiento de cuerpo, mente y espíritu, tal y como lo definió su creador, el alemán Joseph Hubertus Pilates, basándose en el Yoga, Taichí, Chikung y la Danza.
Data de principios del siglo XX. Pilates consiguió crear una rutina de más de 500 ejercicios, cuya finalidad es la de ejercitar cuerpo y mente aunando calma y flexibilidad, junto con la fuerza y tono muscular.
Mediante su práctica, además de mejorar nuestra condición física, aumentamos nuestra capacidad de control y concentración. Tal es así, que Pilates lo llamó en sus orígenes “Contrología”.
Actualmente se reducen a 34 ejercicios básicos, de los cuales surgen infinidad de combinaciones.
- DOLOR CRÓNICO CERVICAL Y PILATES
El dolor crónico cervical es cada vez más habitual en nuestra sociedad, aumenta con la edad y es más común en las mujeres.
El método Pilates cada vez se está utilizando más para esta dolencia a modo de rehabilitación, ya que presta especial atención a los músculos estabilizadores, fortalece los músculos profundos que estabilizan y alargan la columna vertebral, reeduca el modo respiratorio y mejora la propiocepción.
Para ello se modifica el repertorio clásico de Pilates, centrando el trabajo sobre la inestabilidad, desequilibrio muscular y tensión neuronal.
Los resultados se analizarán tras 12 semanas de seguimiento aproximadamente.
- EJERCICIOS
Se trabajará la zona cervical, trabajando a la vez extensión y flexión dorsal.
Tan importante es el trabajo de extensión y flexión de la zona cervical, como el de rotación y retracción, con activación de la cadena muscular posterior y anterior, de una forma controlada, y coordinando siempre con la respiración base de Pilates.
Sigue a continuación la serie de ejercicios que te proponemos para terminar el día aliviando esa zona que tanto se nos carga:
- Siéntate con la espalda estirada en el extremo de un taburete. Coloca la mano derecha sobre el sacro y la izquierda encima de tu cabeza. Tira exhalando hacia tu izquierda. Vuelves inhalando. Repítelo tres veces, y en la cuarta te quedas con la cabeza caída hacia tu lado izquierdo durante tres respiraciones largas ejerciendo presión con tu mano izquierda en cada exhalación y dejando caer a la vez el peso de tu brazo derecho. Repite lo mismo hacia el otro lado.
- Manos entrelazadas en la zona cervical.
Inhalas estira tu espalda y al exhalar tira desde la base de tu cráneo hacia arriba y tus hombros hacia abajo. De 3 a 6 repeticiones.
- Manos entrelazadas en la parte posterior de tu cráneo.
Inhalas estira tu espalda y al exhalar vas dejando caer el peso de tus manos sobre tu cabeza, redondeando así tu columna vertebral de coronilla a sacro, sintiendo como se abre la zona cervical y lumbar. Realiza tres respiraciones manteniendo tu espalda en redondo y dejando caer el peso de tus manos relajadas sobre tu cabeza en cada exhalación. En la cuarta exhalación vuelve a la posición inicial vértebra a vértebra. De 3 a 6 repeticiones.
Termina dejando caer el peso de tus brazos a los lados, rotando hombros hacia atrás, movilizando la zona escapular.
- Rotación cervical.
Con las manos abrazando costillas y espalda completamente estirada, coronilla al techo y sacro hacia el taburete, inhalas y al exhalar mira hacia tu lado derecho. Al inhalar de nuevo vuelve a mirar al frente y cambias al otro lado en la siguiente exhalación. De 3 a 6 repeticiones a cada lado.
Realiza después este ejercicio pero añadiendo la rotación de columna seguida de la rotación cervical, exhalando en cada rotación e inhalando al volver al frente. De 3 a 6 repeticiones.
Esperamos que estos consejos ayuden a que tengas un día mejor.